Hoy se ha cruzado por mi camino una página con una definición explicativa de la palabra «amor». Muchos la malinterpretan o la confunden con el tiempo. Otros olvidan su significado y la emplean en vano, la descontextualizan y recurren a ella de forma errónea. Muchos dicen amar cuando en realidad siguen una simple rutina, esconden un miedo a la soledad o lo quieren todo para sí bajo un egoísmo disfrazado.
Es para recordar, aprender y no olvidar que están los diccionarios, los manuales y las definiciones que éstos recogen. Sirven también para reflexionar sobre la palabra y su uso, para así permitirnos hablar con propiedad sin confundirnos a nosotros ni a nuestros interlocutores. Sirven para cerciorarnos de la verdad de nuestros razonamientos y dictados.
En mi lucha por convencer a quienes no escuchan jamás, simplemente les diría que todos deberíamos detenernos en nuestro discurso y reflexionar antes de pronunciar palabras al azar, o simplemente recordar el bonito a la vez que doloroso significado de la palabra «amor»:
«Amor
Sentimiento experimentado por una persona hacia otra, que se manifiesta en desear su compañía, alegrarse con lo que es bueno para ella y sufrir con lo que es malo».
Lópex-Ibor, J.J; Lópex-Ibor Alcocer, M. I.; Ortiz Alonso T. (1999): Lecciones de psicología médica. 15. Sentimientos, afectos y emociones. Psicología del humor. Ed. Masson. pág.253
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