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sábado, 6 de abril de 2013

Only need the light




Well you only need the light when it's burning low 
Only miss the sun when it starts to snow 
Only know you love her when you let her go 
Only know you've been high when you're feeling low 
Only hate the road when you're missing home 
Only know you love her when you let her go 
And you let her go 

Staring at the bottom of your glass 
Hoping one day you'll make a dream last 
But dreams come slow and they go so fast 
You see her when you close your eyes 
Maybe one day you'll understand why 
Everything you touch, oh it dies 

Staring at the ceiling in the dark 
Same old empty feeling in your heart 
'Cause love comes slow and it goes so fast 
Well you see her when you fall asleep 
But never to touch and never to keep 
'Cause you loved her too much and you dive too deep 




Una fuerza de cohesión

Existe, a mi particular modo de entender, una fuerza en el universo que atrae entre sí casualidades aparentemente inconexas. Esta fuerza no sólo le da una cierta cohesión a la vida, sino que produce una serie de colisiones que trazan un hilo invisible hacia delante aunque perfectamente trazable mirando para atrás. Así, como cuando miramos por encima del hombro mientras seguimos caminando.

Estaría bien, desde luego, que al autor principal, en su intento de crear situaciones, producir hechos y darles un orden de aparición y por tanto una cierta cohesión, no se le apresara, censurara o  lavara el cerebro. El autor, como todo buen escritor, siempre debería ser dueño de su pluma y de su obra, una tan presente que nadie debería asumir el legítimo derecho que no poseen de eliminar algunos de sus fragmentos o incluso decidir sobre el transcurso o el orden de los acontecimientos de esa historia. Una historia en la que esas mismas personas podrían aparecer como figurantes pero que de ninguna manera les pertenece.


viernes, 29 de marzo de 2013

A Jorge

Ella iba y venía, por trabajo, por amistad, con ilusión y ganas y desganas. Iba, sí. Se iba, también.

Siempre que llegaba, lo hacía entre sonrisas y ojos brillantes como soles. Mientras se encontraba allí, en aquella casa, rodeada de muebles, libros, juguetes, bicis y kimonos, él no dejaba de mirarla, le observaba, le pedía abrazos, le pedía besos, rozaba su nariz con la suya, le enseñaba sus dientes y se pasaba las horas contándole historias. Mientras le escuchaba, se pasaba los minutos acariciando con sus manos minúsculas sus mejillas para luego enredar sus dedos en su pelo. No dejaba de mirarla, los ojos bien abiertos. Le daba igual las historias, los cuentos, las palabras, sólo miraba con los ojos bien abiertos. Quería verla, saber y aprender de ella. Quería sus manos y acariciaba el rojo de sus uñas hasta que después de un rato levantaba la cabeza, le preguntaba por su vestido rojo y decía mil y una vez a todo el mundo: yo la quiero mucho.

Cuando llegaba la hora de irse, ella cogía su bolso mientras el brillo de su mirada se desvanecía de repente. Se borraba en un instante aquella sonrisa ingenua e inocente, y se dibujaba una mueca seguida de las primas lágrimas que iniciaban un llanto interminable. Pero ella, sin poder hacer más que promesas sobre su vuelta, se iba escondiendo hasta llegar a la puerta y de puntillas desaparecer tras ella por el pasillo que le llevaba de nuevo a su propia vida. 


martes, 19 de marzo de 2013

Una sopa de pensamientos


El chocolate sabe a fresa.
El azúcar empieza a sobrar en el café.
El abrigo cuando no hace frío.
El ruido en el ruido.
La vida, mucha vida en la noche.
Un libro con páginas sin leer.
El espacio que sobra,
cuando no hacen nada por no chocarse contigo.
El pinta uñas sin secar
al cenar con las manos.
Los labios rojos y todas sus huellas,
en la comisura de los labios,
 en el cuello de la botella...
en la piel morena.
La percepción de la vida
 a través de las notas,
 de mi lengua, la de ellos, la de los que viven lejos,
de la música... y en el silencio.
Destellos de sol en tus ojos.
La ilusión en mis labios.
El placer en la risa.
El miedo en un gesto.
Ser feliz sólo con querer serlo.
Palabras sin sentido pero con significado.
Yo me entiendo, tú a veces también...
No todo el mundo quiere entender.
La noche, muy oscura pero con la luz de los faros
que la convierten en día pese a la hora.
Muchos referentes y ninguno al que quiera asemejarme.
Una memoria finita con líneas desaparecidas
por entre su aparente infinidad.
Yo siendo yo.
Un kata o una forma, volvemos a lo mismo.
Un combate de los ojos en una mirada.
Encuentros en divergencias.
Como siempre puntual en la propia impuntualidad.
Ganas de llegar a tiempo llegando tarde.
Soñar despierta.
Tenerlo todo y que te vean sin nada. 
Ir caminando por la Gran muralla 
desde mi taburete de madera. 


lunes, 11 de febrero de 2013

El desayuno de un lunes de febrero

Una manta, un English Breakfast Tea, una gota de leche, una cucharadita de azúcar, una tostada, mantequilla, mermelada de mora, un sándwich de galletas con miel, un vaso de zumo de naranja, un libro abierto y The National.



El sol del invierno entra por la ventana, bajo la persiana. El desayuno está en la mesita. Cojo la manta y acerco el sillón. Me siento y coloco los pies dentro, caben ellos también en el sillón. Con cuidado cojo el libro con la mano derecha. Mi mano izquierda prefiere encargarse de la taza caliente. No sé si éste será un acierto. Abro el libro por la página 279 y las líneas se van siguiendo, se van comiendo la una a la otra, hambrientas. Viajan, están en China, en Japón, pasan por Italia,Tailandia y me llevan de vuelta a China. Respiran otra vida, otro lugar en el que me gustaría cambiar mi té inglés por un té de jazmín.


lunes, 14 de enero de 2013

To be left alone...



Entre cuatro paredes que parecen ceñirse sobre uno mismo, el primer impulso a seguir es el de abrir la ventana al frío del invierno. El siguiente es la huida que empieza por ponerse un buen par de botas y sigue al bajar las escaleras corriendo, atrapar el abrigo al vuelo, pasarse la manga derecha antes de abrir la puerta y la izquierda después de cerrarla tras de sí. Luego, sin aminorar la marcha, también se bajan de un salto los escalones que quedan hasta el portal que da a la calle y, casi sin respirar, se echa a correr en la noche para seguir caminando junto a las vías, siguiéndolas un poco como The Station Agent pero por ir a algún lugar y sentir de nuevo el aire que no entraba bien tan sólo unos minutos antes.

Estos impulsos, tan naturales y tan adentro... se quedan encerrados en una vía de escape alternativa, aquella que consiste en no abrir la boca, de no cruzarse con nadie ni de hacer caso... pero sí de reconstruir entornos propios, de ponerse kimono o de seguir desnuda, de sentir el aire frío en la piel, de oler el invierno o seguir escuchando las notas que invaden el salón con su luz cálida, de leer las palabras de otros impresas en papel o perderse en una mirada sin palabras y que al siguiente despertar todo vuelva a ser libertad en calcetines, casi sin ropa, entre pelos y lametones para decir que estamos aquí y con cafeteras y sartenes esperando para volver al sol con ricos sabores y notas de Sigur ros.


Ahora toca dejar los sueños para la noche, hoy es hoy y ya ha empezado, wanting to be left alone or not, el sol ha salido y en esta mañana de enero es esa naranja la que le ha dado color. Vayamos a dar un paseo para seguir con los quehaceres de la jornada, la música en los bolsillos del vestido y el abrigo bien cerrado hasta arriba. 




jueves, 20 de diciembre de 2012

¿Pero dónde estarán ahora?


Recuerdo tu mala letra ortográficamente perfecta, recuerdo tus palabras, aquel paisaje con sus picos, los sellos de colores y aquellos estampados, tus dibujos e inscripciones. Recuerdo aquel hombre feo, barbudo, oscuro y terrible como si lo tuviera delante de los ojos. Recuerdo haber dejado pegados por un segundo mis labios en tus palabras escritas. Si mi memoria no me falla, cogí aquellas postales y las acerqué a mi pecho con cuidado de no doblarlas en aquel breve abrazo. ¿Pero dónde estarán ahora?
Las echo en falta igual que a la capacidad pulmonar que debería tener y no tengo. Mi pulso se acelera, me sudan las manos, tengo miedo. Están ahí, en algún lugar. ¿Pero dónde?
Ahora que parece haber algo de orden, todo se ha convertido de nuevo en un caos. Solo que esta vez, el caos de esta habitación es invisible.
Venga, un poco de esfuerzo: respiremos con lo que nos queda de pulmones. Busquemos la luz blanca que recorre nuestro cuerpo. Recorramos con los sentidos y lo que queda de memoria cada gesto, cada movimiento y y el más mínimo desplazamiento. Un poco de chocolate entre medias no vendrá mal. Concentración. Seriedad. Un poco de serenidad. Otra bocanada de aire que se va soltando poco a poco por la boca con una certeza a medias que empieza a brillar:
«Tienen que estar ahí, entre las páginas de aquellos libros de tapa negra y roja que marqué de madrugada». 

jueves, 16 de agosto de 2012

Una mancha

Sólo quedaba una mancha negra. Habían borrado este punto del mapa e ignorado otros tantos. Sin embargo, no habían bloqueado los accesos, dejando que cualquiera de nosotros tomará aquella salida hacia ningún lugar.

jueves, 2 de agosto de 2012

"- You know what sucks? Realizing that everything you believe in is complete and utter bullshit. It sucks!
- What do you mean?
- Uh, you know, destiny and soul mate, true love and all that childhood fairytale nonsense... You were right. I should have listened to you.
[...]
- No. [...] It just wasn't me that you were right about."

500 Days of Summer (2009)

lunes, 23 de julio de 2012

Volcanoes melt me down

I kissed your mouth, your back
Is that all you need?
Don't drag my love around 
Volcanoes melt me down



Volcano - Damien Rice




sábado, 14 de julio de 2012

Son las 3.30 de la mañana

Son las 3.30 de la mañana. Las calles de Murcia son más agradables a esas horas. El calor asfixiante del verano deja paso a una suave brisa, sin demasiado ruido. A la salida del bar, dejamos atrás el rock&roll, aquel loco que quería unir los puntos de mi camiseta, y nos despedimos. Los abrazos se disparan, uno se va por la calle de la izquierda, vosotros tres por la que yo dejo atrás y me voy en la dirección que queda.
Volver sola a casa, hacía tiempo que no me dejaban hacerlo bajo ningún concepto, y menos a esas horas. Tanta protección produce un poco de miedo, uno infundado que apetece vencer aunque siempre quede la incertidumbre de "y si me pasara algo". La vuelta de esta noche no es la habitual, pero el hecho es que me sé este camino de memoria. Se podría decir que le tengo cariño. Es tranquilo. A veces incluso pienso en cuánto me gustaría recorrerlo a diario. Tiene muchas avenidas que cruzar y hay que seguir los raíles del tranvía que duerme. Es un poco oscuro también pero Murcia nunca llega a tener una noche muy oscura. Algunos dicen que la noche es naranja por aquí; por eso me paro a mirar el cielo, me doy la vuelta para ver con más claridad lo grande que es esta última avenida, miro los coches que pasan mientras sigo adelante. Algunos desde dentro miran como pensando  "uhm una chica caminando sola...", pero yo sigo caminando sin prisa aunque sin detenerme demasiado. 


miércoles, 11 de julio de 2012

De un tiempo a esta parte

De un tiempo a esta parte, se han ido sucediendo los días en los que cada nueva mañana es más efímera que la anterior. Miles de preguntas, dudas, incertidumbres rondan mi cabeza para ordenarse a voluntad de los acontecimientos siempre más inesperados que previstos o incluso deseados. Algunos lo llaman suerte, otros destino. Unos me llaman joya, amor o tesoro, otros se refieren a mí con su famosa generación perdida o lo que es peor, un simple pronombre destinado al olvido.

Por un segundo soy un mundo y al siguiente nada para nadie, podría incluso morir entre dos coches, aplastada entre tanta chatarra y luces rotas, así de repente, en una calle de esta ciudad. Por unas horas salvo a los demás hasta que las manecillas giran, todos han sobrevivido en su lado del planeta y yo sigo muriendo en la noche mientras me voy asfixiando delante de ese gato de ojos azules tan bonito que no me deja de mirar y que se me sigue acercando. Así pasan los minutos hasta que la puerta se abre y por fin huimos todos los que creo que son de mi condición. La música nos salvará por esta noche, una llena de alegrías, sonrisas, palabras amables, guiños, letras de canciones y bailes de un pasado que es presente. Sí, una noche mejor, una en la que podríamos encontrar nuestro último suspiro o nuestra primera bocanada de aire fresco.

La noche se difumina y gana claridad, más horas pasan y otro despertar, otro borrón y cuenta nueva. Abro los ojos y hay otra línea que trazar, una nueva vida cruzada con otras tantas. Quizás en ella no haya nada rosa, ni redondo, quizás tampoco sea todo liso y cuadrado. Quién sabe, quizás la línea de ayer se haya vuelto a torcer y necesite seguir trazándola en alguna dirección. Lo que si sé es que tendré que seguir usando esa goma tan "cool" para rectificar ese ejercicio mal hecho y dejar sitio para algunas letras más. Se aprende, se corrigen errores, acaban formándose las palabras, y los neologismos se personifican a la vez que irán cogiendo nuevos significados y dando significantes distintos. Eso lo sé de sobra.

La verdad es que no es nada fácil seguir escribiendo cuando ya nada tiene coherencia, cuando el esfuerzo de ayer con vistas a recompensas futuras se ha esfumado y sólo queda la nada. Cuando el premio se convierte en un náufrago y la balsa de la medusa se hunde en el fondo del mar, no queda entonces más que volver a aunar esfuerzos para mover uno a uno los músculos y volver a la superficie para secarse al sol. El folio seguirá inservible, sí, todo emborronado, pero seguirá habiendo pantalla suficiente con hojas interminables que rellenar. Yo iré a mi ritmo, intentaré cuidar mi letra y cambiar de marcha en función de lo que me pida el motor. A decir verdad, tengo buen oído. Ya se está acostumbrando, sólo me queda pisar el acelerador y hacer un poco de ruta en busca de recompensas diarias. Seguro que por el camino daré con tesoros escondidos. De hecho, entre tanto infortunio, algo de suerte tendré que tener porque alguno ya he encontrado. 



lunes, 2 de julio de 2012

Un poco de aire fresco

Aquí también hay un poco de aire fresco aunque a menudo lo busquemos en otra parte.

jueves, 28 de junio de 2012

De sentimientos en una mezcla homogénea

Hay días en la vida que una no pensaría vivir... hasta que llegan. Son días en los que los sentimientos más extremos se funden tan bien que acaban siendo parte de una mezcla homogénea de chocolate blanco y negro. Son días en los que el amor más puro y la tristeza más profunda te hacen caer por el abismo de la propia existencia a la vez que lloras de felicidad. Son días en los que te alegras de haber vivido a pesar de todo. Son días en los que tienes demasiado frío aunque estés en plena ola de calor.  Son días en los que todos están ahí a pesar de la soledad más inmensa. Son días de paseos a solas o de paquete encima de una moto que corta el viento del verano por las carreteras de la ciudad y los jardines que la rodean hasta casa. Son aquellos días que acaban siendo un chocolate con leche demasiado dulce pero con un toque amargo que acabas dejando en una taza roja.  




Too close - Alex Clare
"Which way is right, which way is wrong"

sábado, 23 de junio de 2012

He is a nocturnal and I am the spectator

"He is a nocturnal always alone
But you'll speak in secret codes
That he has never known
In this world, but nof of it
So he watches from above it
A visitor here, this is not home

I am the spectator
I can see the world passing by from here"

The bravery



sábado, 16 de junio de 2012

Orgullosa

Esta noche me siento muy orgullosa de mi misma, probablemente os dé lo mismo, pero jugadores, cuidado que me estoy convirtiendo en una jugadora de primera. Y lo mejor: que me encanta patear culos, lanzarme de cabeza a matar soldados y bichos sin piedad, y adueñarme de cuantas más armas mejor. Y esta noche, me ha tocado el bingo. Claro que una después de una lucha a muerte no se puede ir a dormir sin más, aunque sean casi las cuatro de la mañana. Así que aquí os dejo la solución con un piano y acordes que son una delicia.

jueves, 14 de junio de 2012

Estos días horribles de fin curso

Estos días están siendo horribles, es verdad que ya no tengo exámenes pero lo que sucede es que ahora los preparo yo. Así que siguen sin ser graciosos, son pesados, hace demasiado calor, no me dejan dormir, mi coche es un horno, a la gente le sale humo, las vacaciones que no llegan y todo se pone muy feo. A excepción del regalo de los miércoles.

Los miércoles son la inocencia y la bondad en persona los que abren la puerta. Y es que es verme y ni él ni yo podemos dejar de sonreír. Tiene ricitos de color azabache y mide algo más de medio metro. Corre mucho y se mea de la risa al verme y, cómo no, me lo contagia. Me atrapa cada vez que puede y me apretuja con sus manos diminutas. Hace un sprint por el pasillo que le queda grande y hunde su cabecita contra mí o se engancha a mi rodilla para que no me vaya. Yo creo que cuando me conoció pensaría que había una loca en su casa, pero ahora diría que se ha enamorado de mí, o yo de él. ¡Quién sabe!

He never says goodbye but always "Hello!".

viernes, 8 de junio de 2012

El desierto desde el que no dejo de escribir

En la ciudad en la que vivo ya ha empezado a no dejar de hacer calor en ningún momento ni a bajar de los 40º C en las horas centrales del día. Ni siquiera refresca por la noche. Se podría decir que ha empezado el verano antes de tiempo porque esta noche seguía habiendo 30º C  sin sol ni estrellas. Creo que a medio día nos habríamos achicharrado tal cucarachas salteadas al sol si no hubiésemos ido persiguiendo la sombra.
Todo suena a ramas secas. Todo huele a aire caliente y humedad. No hay rastro de lluvia ni lo habrá en meses. Nuestros cuerpos sudan, se vuelven pegajosos, derraman litros, se funden y deshacen, pierden su volumen.
Ahora hace calor, la ciudad está en silencio, nos refugiamos en casas que se convierten en hornos o iglús y seguimos trabajando como lo hacen las hormigas. Los sureños nos adaptamos, no decidimos dormir ni quejarnos como lo hacen en alguna que otra ciudad del Norte y si lo pensamos hacer preferimos tomar un granizado. ¡De horchata si puede ser! Nos despertamos sin despertador, con el cantar de los pájaros que se han quedado en nuestra ventana o en la palmera de enfrente. Nos levantamos cada día y dejamos que se enfríe el café o lo cambiamos por leche. Pasamos del agua caliente del invierno al agua fría y elegimos la ropa con menos tela que podamos encontrar en nuestro armario. Soñamos despiertos con las olas del mar y con algo de melancolía. Luchamos contra mosquitos, avispas y cucarachas, pero apagamos la radio para escuchar el canto de los grillos al volver a casa después del trabajo. Es un poco como vivir en el desierto, solo que los oasis están en nuestro interior.

lunes, 14 de mayo de 2012

Elle

Elle se retourne, lit quelques lignes puis perd l'appetit. Elle travaille, s'occupe à compter des mots, les changer...Elle décide de prendre un peu de plaisir durant cet après-midi qui la fait fondre. Elle joue, elle devient quelqu'un d'autre, quelqu'un de fort, de tenace, sans peur. Et puis sa continue, toujours pas faim. Heureusement, elle ne mange personne. Elle s'en est plutôt prise aux pages. Elle les avales sans mêmes les mâcher. Mais au moins, ça... Ça nourit l'esprit.

miércoles, 11 de enero de 2012

Un poco de imaginación

Transportada dentro del mismo momento, dejé la gélida noche sobre cuatro ruedas para encontrarme bajo una suave lluvia, que ni fría ni cálida, iba impregnando mi piel. Con los ojos bien abiertos, atentos a los detalles, bebía de las palabras y de tus gestos. Se convertían, con un poco de imaginación, en hechos. Hechos y fantasía con los que, por unos instantes, volvía a soñar. Nadaba entre las gotas de lluvia y la cima de las nubes, rozando las copas de los árboles y siguiendo el curso de los ríos. Desplegaba  mis pesadas alas, las hacía batir con fuerza, ganaba velocidad y altura para luego seguir planeando con suavidad. Volvía a volar. Y sí, todo con un poco de imaginación.