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viernes, 14 de junio de 2013

Lecturas de primavera que invaden el verano (2013)

En la sed de palabras no oídas se encuentra el ansia de la lectura que hace de vuestra presencia y compañía, queridos amigos los libros, un nutriente vital para mi existencia.

- Pars vite et reviens tard
- Primera nieve en el monte Fuji 
- Máscaras femeninas
- Si tú me dices ven lo dejo todo...pero dime ven
- Les gens heureux lisent et boivent du café
- Cosas no aburridas para ser la mar de feliz
- Tuesdays with Morrie: An Old Man, a Young Man and Life's Greatest Lesson


Lecturas de invierno (2012/2013)

Cuando el alma tiene hambre y el cuerpo se muere por falta de palabras en el estómago, sólo los libros consiguen saciar por unas horas:
 - Le Projet Shiro
 - El viento comenzó a mecer la hierba
 - Italians
 - Found in Translation
 - Debout les morts
 - Soy leyenda
 - Je l'aimais
 - La felicidad conyugal
 - Rayuela
 - El fin es mi principio
- Cereza roja sobre losas blancas


jueves, 23 de mayo de 2013

One lover's quotation

By Michael Noval:

"Everyone, naturally, wants love, but the real thing when it arrives, is cruel, disconcerting, and frightening. One's partner refuses merely to be an object, a thing, an impersonal presence, and demands one's precious time, careful reflection, and emotional entanglement".


sábado, 6 de abril de 2013

Only need the light




Well you only need the light when it's burning low 
Only miss the sun when it starts to snow 
Only know you love her when you let her go 
Only know you've been high when you're feeling low 
Only hate the road when you're missing home 
Only know you love her when you let her go 
And you let her go 

Staring at the bottom of your glass 
Hoping one day you'll make a dream last 
But dreams come slow and they go so fast 
You see her when you close your eyes 
Maybe one day you'll understand why 
Everything you touch, oh it dies 

Staring at the ceiling in the dark 
Same old empty feeling in your heart 
'Cause love comes slow and it goes so fast 
Well you see her when you fall asleep 
But never to touch and never to keep 
'Cause you loved her too much and you dive too deep 




Una fuerza de cohesión

Existe, a mi particular modo de entender, una fuerza en el universo que atrae entre sí casualidades aparentemente inconexas. Esta fuerza no sólo le da una cierta cohesión a la vida, sino que produce una serie de colisiones que trazan un hilo invisible hacia delante aunque perfectamente trazable mirando para atrás. Así, como cuando miramos por encima del hombro mientras seguimos caminando.

Estaría bien, desde luego, que al autor principal, en su intento de crear situaciones, producir hechos y darles un orden de aparición y por tanto una cierta cohesión, no se le apresara, censurara o  lavara el cerebro. El autor, como todo buen escritor, siempre debería ser dueño de su pluma y de su obra, una tan presente que nadie debería asumir el legítimo derecho que no poseen de eliminar algunos de sus fragmentos o incluso decidir sobre el transcurso o el orden de los acontecimientos de esa historia. Una historia en la que esas mismas personas podrían aparecer como figurantes pero que de ninguna manera les pertenece.


viernes, 29 de marzo de 2013

A Jorge

Ella iba y venía, por trabajo, por amistad, con ilusión y ganas y desganas. Iba, sí. Se iba, también.

Siempre que llegaba, lo hacía entre sonrisas y ojos brillantes como soles. Mientras se encontraba allí, en aquella casa, rodeada de muebles, libros, juguetes, bicis y kimonos, él no dejaba de mirarla, le observaba, le pedía abrazos, le pedía besos, rozaba su nariz con la suya, le enseñaba sus dientes y se pasaba las horas contándole historias. Mientras le escuchaba, se pasaba los minutos acariciando con sus manos minúsculas sus mejillas para luego enredar sus dedos en su pelo. No dejaba de mirarla, los ojos bien abiertos. Le daba igual las historias, los cuentos, las palabras, sólo miraba con los ojos bien abiertos. Quería verla, saber y aprender de ella. Quería sus manos y acariciaba el rojo de sus uñas hasta que después de un rato levantaba la cabeza, le preguntaba por su vestido rojo y decía mil y una vez a todo el mundo: yo la quiero mucho.

Cuando llegaba la hora de irse, ella cogía su bolso mientras el brillo de su mirada se desvanecía de repente. Se borraba en un instante aquella sonrisa ingenua e inocente, y se dibujaba una mueca seguida de las primas lágrimas que iniciaban un llanto interminable. Pero ella, sin poder hacer más que promesas sobre su vuelta, se iba escondiendo hasta llegar a la puerta y de puntillas desaparecer tras ella por el pasillo que le llevaba de nuevo a su propia vida. 


martes, 19 de marzo de 2013

Una sopa de pensamientos


El chocolate sabe a fresa.
El azúcar empieza a sobrar en el café.
El abrigo cuando no hace frío.
El ruido en el ruido.
La vida, mucha vida en la noche.
Un libro con páginas sin leer.
El espacio que sobra,
cuando no hacen nada por no chocarse contigo.
El pinta uñas sin secar
al cenar con las manos.
Los labios rojos y todas sus huellas,
en la comisura de los labios,
 en el cuello de la botella...
en la piel morena.
La percepción de la vida
 a través de las notas,
 de mi lengua, la de ellos, la de los que viven lejos,
de la música... y en el silencio.
Destellos de sol en tus ojos.
La ilusión en mis labios.
El placer en la risa.
El miedo en un gesto.
Ser feliz sólo con querer serlo.
Palabras sin sentido pero con significado.
Yo me entiendo, tú a veces también...
No todo el mundo quiere entender.
La noche, muy oscura pero con la luz de los faros
que la convierten en día pese a la hora.
Muchos referentes y ninguno al que quiera asemejarme.
Una memoria finita con líneas desaparecidas
por entre su aparente infinidad.
Yo siendo yo.
Un kata o una forma, volvemos a lo mismo.
Un combate de los ojos en una mirada.
Encuentros en divergencias.
Como siempre puntual en la propia impuntualidad.
Ganas de llegar a tiempo llegando tarde.
Soñar despierta.
Tenerlo todo y que te vean sin nada. 
Ir caminando por la Gran muralla 
desde mi taburete de madera. 


lunes, 11 de febrero de 2013

El desayuno de un lunes de febrero

Una manta, un English Breakfast Tea, una gota de leche, una cucharadita de azúcar, una tostada, mantequilla, mermelada de mora, un sándwich de galletas con miel, un vaso de zumo de naranja, un libro abierto y The National.



El sol del invierno entra por la ventana, bajo la persiana. El desayuno está en la mesita. Cojo la manta y acerco el sillón. Me siento y coloco los pies dentro, caben ellos también en el sillón. Con cuidado cojo el libro con la mano derecha. Mi mano izquierda prefiere encargarse de la taza caliente. No sé si éste será un acierto. Abro el libro por la página 279 y las líneas se van siguiendo, se van comiendo la una a la otra, hambrientas. Viajan, están en China, en Japón, pasan por Italia,Tailandia y me llevan de vuelta a China. Respiran otra vida, otro lugar en el que me gustaría cambiar mi té inglés por un té de jazmín.


miércoles, 23 de enero de 2013

El verdadero deseo según Terzani

El verdadero deseo, si se quiere tener uno, es el de ser uno mismo. Lo único que uno puede desear es dejar de tener elección, porque la verdadera elección no es la que se hace entre dos dentífricos, entre dos mujeres o entre dos coches. La verdadera elección es la de ser tú mismo. Si te acostumbras o haces ejercicios, si reflexionas, ves que esos deseos son una forma de esclavitud. Porque cuanto más deseas, más limitaciones te creas. Deseas una cosa hasta el punto de que no piensas en nada más, no haces nada más, te vuelves esclavo de ese deseo. 

Tiziano Terzani, El  fin es mi principio. Pág. 11 

viernes, 18 de enero de 2013

Decía Remorino...

Sí, por cierto... decía Remorino que todo iba a andar fenómeno.
Con un pie en la casilla del ocho de la rayuela.

lunes, 14 de enero de 2013

Nuevos proyectos en camino

Obra de: Alba Cerezo, autora del blog Piedra, papel y madera

To be left alone...



Entre cuatro paredes que parecen ceñirse sobre uno mismo, el primer impulso a seguir es el de abrir la ventana al frío del invierno. El siguiente es la huida que empieza por ponerse un buen par de botas y sigue al bajar las escaleras corriendo, atrapar el abrigo al vuelo, pasarse la manga derecha antes de abrir la puerta y la izquierda después de cerrarla tras de sí. Luego, sin aminorar la marcha, también se bajan de un salto los escalones que quedan hasta el portal que da a la calle y, casi sin respirar, se echa a correr en la noche para seguir caminando junto a las vías, siguiéndolas un poco como The Station Agent pero por ir a algún lugar y sentir de nuevo el aire que no entraba bien tan sólo unos minutos antes.

Estos impulsos, tan naturales y tan adentro... se quedan encerrados en una vía de escape alternativa, aquella que consiste en no abrir la boca, de no cruzarse con nadie ni de hacer caso... pero sí de reconstruir entornos propios, de ponerse kimono o de seguir desnuda, de sentir el aire frío en la piel, de oler el invierno o seguir escuchando las notas que invaden el salón con su luz cálida, de leer las palabras de otros impresas en papel o perderse en una mirada sin palabras y que al siguiente despertar todo vuelva a ser libertad en calcetines, casi sin ropa, entre pelos y lametones para decir que estamos aquí y con cafeteras y sartenes esperando para volver al sol con ricos sabores y notas de Sigur ros.


Ahora toca dejar los sueños para la noche, hoy es hoy y ya ha empezado, wanting to be left alone or not, el sol ha salido y en esta mañana de enero es esa naranja la que le ha dado color. Vayamos a dar un paseo para seguir con los quehaceres de la jornada, la música en los bolsillos del vestido y el abrigo bien cerrado hasta arriba.