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jueves, 28 de junio de 2012

De sentimientos en una mezcla homogénea

Hay días en la vida que una no pensaría vivir... hasta que llegan. Son días en los que los sentimientos más extremos se funden tan bien que acaban siendo parte de una mezcla homogénea de chocolate blanco y negro. Son días en los que el amor más puro y la tristeza más profunda te hacen caer por el abismo de la propia existencia a la vez que lloras de felicidad. Son días en los que te alegras de haber vivido a pesar de todo. Son días en los que tienes demasiado frío aunque estés en plena ola de calor.  Son días en los que todos están ahí a pesar de la soledad más inmensa. Son días de paseos a solas o de paquete encima de una moto que corta el viento del verano por las carreteras de la ciudad y los jardines que la rodean hasta casa. Son aquellos días que acaban siendo un chocolate con leche demasiado dulce pero con un toque amargo que acabas dejando en una taza roja.  




Too close - Alex Clare
"Which way is right, which way is wrong"

sábado, 23 de junio de 2012

He is a nocturnal and I am the spectator

"He is a nocturnal always alone
But you'll speak in secret codes
That he has never known
In this world, but nof of it
So he watches from above it
A visitor here, this is not home

I am the spectator
I can see the world passing by from here"

The bravery



viernes, 22 de junio de 2012

Investigar

«Perdona, pero la ves muy bien. Quieres investigar. No importa qué y no importa dónde con tal de investigar.
- ¿Y qué?
- Pues que no inventes lo que no existe para ignorar que has perdido lo que existe. Nosotros taparemos de nuevo el hoyo».
Fred Vargas, Que se levanten los muertos

jueves, 21 de junio de 2012

Imaginación

Hace meses que lo llevo pensando: los niños parecen tener cada vez menos imaginación. No les gusta la fantasía ni la ciencia ficción, no les gusta leer ni tienen libros favoritos. En ocasiones sucede el milagro (que no debería serlo) de encontrar pilas de libros cerca de un niño o encontrarnos al enano perdido en una biblioteca. Tampoco es que los adultos sean mejores, sino más bien lo contrario. Parecemos perder la ilusión, la chispa, la alternativa, las diversas realidades creadas... todo en detrimento de un día a día urgente y adecuado. Claro que no todos. Yo ya llevaba tiempo envidiando a quienes soñaban despiertos o dormidos y tenían historias que contar. Ahora sé que yo también las tengo y algunas he decidido compartirlas con quienes os paseéis por aquí por casualidad. Pero, ¿acaso no teméis no saber contar o inventar historias para leer y entretener a vuestros hijos si algún día los tenéis?

Os invito a cambiar el parque por la librería, el papel por las hojas digitales y la rutina por unas gotas de inventiva.

A ras de la piel

Abrió la puerta. No encendió la luz y la cerró tras de sí. Dejó la bandolera en el suelo. Tenía que deshacerse de todo. Se acercó a las escaleras y dejó su jersey encima de la barandilla. Subió dos escalones mientras se soltaba el pelo. Este cayó lacio sobre su espalda. Siguió su ascensión. Cuando iba por el siguiente escalón, las manos en la espalda deslizaron suavemente la cremallera y dejo caer su falda entallada. Llegada a la primera planta se quitó los pendientes y los dejó en el siguiente escalón. Siguió avanzando, empezó a quitar un botón y otro y otro más hasta que dejó tras de sí aquella camisa blanca uniformada, aquella que le habían puesto. En su piel se dibujaban formas violáceas que recorrían su abdomen. Estaba algo sucia. Su hombro cicatrizaba ya pero seguía manchado de sangre igual que sus dedos. Llegada al último escalón, giró la llave y abrió la puerta. Se agachó, cogió las hebillas, desabrochó las lengüetas de aquellas sandalias de tacón alto y las dejó cuidadosamente al lado del sofá. La noche era perfecta. Quería sentirla. Sola en aquella azotea con los labios aún en rojo al igual que el pelo que lucía. Se quedó ahí tumbada. Quería sentir su piel y cerrar los ojos un minuto. Ya no estaba bajo tierra pero el aire quieto seguía ardiendo aún a oscuras. Sólo la brisa traía ese alivio que de alguna manera había ido a buscar. A ras de la piel.  A estas horas las mentes estarían apagadas pero debía cumplir con  su deber. Instantes después volvería a sentarse, desnuda, delante de aquel documento. El dossier que seguía vacío encima de la mesa esperaba sus líneas; tampoco era el único. 




miércoles, 20 de junio de 2012

Dave


Dave seguía ahí. No podía revelar su localización, pero ahí lejos seguía esperando, no se había dado por vencido. Al fin y al cabo era su turno. 

«¿Dónde estaría ella?», se preguntó por enésima vez. El Plan B no había establecido su estancia ni previsto su destino. Las casillas con su nombre aparecían vacías en el dossier.  «El plan inicial... si tan sólo hubiera podido llevarlo a cabo. Pero ya no. Un respiro menos y estaría seguro ahora. Pero qué más da, total, siempre hay plan B.» , los pensamientos fluían tormentosos por su cabeza.

Sus conexiones estaban en excelentes condiciones, no presentaban ni el más mínimo desgaste. Iban rápido, sin descanso. Dave no temía, salvo por un detalle, «¿La habrían transformado?»«¿Sería capaz de reconocerla?». Su ficha estaba en blanco pero estaba seguro de reconocer a Ei bajo cualquier disfraz. 

Llevaba días y semanas repitiendo una y otra vez los mismos movimientos al milímetro. Parecía un autómata pero sin él nada llegaría a cambiar y acabaría por llevarse una amarga victoria. Lo sabía de sobra. Su actuación iba a ser decisiva, extremadamente difícil también, lo presentía, pero habría que ganar. «Es demasiado joven. Y aún es pronto, demasiado para ella.», estaba convencido. 

Cogió su chaqueta de encima de la única silla que quedaba en la habitación, se la puso y la cerró bien para resguardarse de la noche fría, aquella que seguía sembrada de charcos que el viento no conseguía secar. «¿Seguiría aquí? Va...  no. Imposible. Llamaría demasiado la atención. Eira es lista, no lo haría»

Dave echó a andar, ya habían apagado la ciudad y las sombras le ayudarían a esconderse. Caminó largo rato entre las piedras; sus piernas demasiado largas y entrenadas no podían contentarse con saltar de una losa a otra, así que decidió volver a dar una segunda vuelta entre muros de otros siglos que tantos hombres habían contemplado antes que él. Era su ritual, la noche grabaría en la roca los últimos detalles. Sólo quedaría llegar a la cabina, pulsar el botón y apagar la mente para cumplir una vez más lo que figuraba en el dossier.

Informe emitido el 22 de abril desde la plataforma WS2: «Memorias del agente  02NA4ZFX: no registradas. Próxima actualización en: 18 horas».  

domingo, 17 de junio de 2012

Stolen verses

I steal these verses from you and your story that are now part of mine. I do so because I feel its words deeply. For the first I've felt both the bad and the good, nature and man-done, as of an equal value that should be respected and protected. Because, who are the good and who are the bad if all fight for life? Then, no life should be ended by others and no moments should be stolen and forgotten forever. Everything should remain and nothing lost in the rain, neither in the waves of one's life.   






I've see things you people wouldn't believe. Attack ships on fire off the shoulder of Orion. I've watched C-beams glitter in the dark near the Tannhäuser Gate. All those... moments will be lost in time like tears... in rain.
Time to die.


It's too bad she won't live. But then again, who does?



Blade Runner - 1982

sábado, 16 de junio de 2012

Orgullosa

Esta noche me siento muy orgullosa de mi misma, probablemente os dé lo mismo, pero jugadores, cuidado que me estoy convirtiendo en una jugadora de primera. Y lo mejor: que me encanta patear culos, lanzarme de cabeza a matar soldados y bichos sin piedad, y adueñarme de cuantas más armas mejor. Y esta noche, me ha tocado el bingo. Claro que una después de una lucha a muerte no se puede ir a dormir sin más, aunque sean casi las cuatro de la mañana. Así que aquí os dejo la solución con un piano y acordes que son una delicia.

jueves, 14 de junio de 2012

Estos días horribles de fin curso

Estos días están siendo horribles, es verdad que ya no tengo exámenes pero lo que sucede es que ahora los preparo yo. Así que siguen sin ser graciosos, son pesados, hace demasiado calor, no me dejan dormir, mi coche es un horno, a la gente le sale humo, las vacaciones que no llegan y todo se pone muy feo. A excepción del regalo de los miércoles.

Los miércoles son la inocencia y la bondad en persona los que abren la puerta. Y es que es verme y ni él ni yo podemos dejar de sonreír. Tiene ricitos de color azabache y mide algo más de medio metro. Corre mucho y se mea de la risa al verme y, cómo no, me lo contagia. Me atrapa cada vez que puede y me apretuja con sus manos diminutas. Hace un sprint por el pasillo que le queda grande y hunde su cabecita contra mí o se engancha a mi rodilla para que no me vaya. Yo creo que cuando me conoció pensaría que había una loca en su casa, pero ahora diría que se ha enamorado de mí, o yo de él. ¡Quién sabe!

He never says goodbye but always "Hello!".

miércoles, 13 de junio de 2012

Agente A1792ZX

«¿Quién era ella?»
A menudo se lo preguntaba frente al espejo. En ocasiones no se reconocía. Otras lo sabía a la perfección.

La agente A1792ZX se llamaba Eira. Era morena y su piel era tostada... pero hoy no había manera. Igual que en las pasadas semanas, sólo veía a esta otra. Allí enfrente, a unos centímetros, veía a una mujer de mediana edad, unos años mayor que ella, de tez pálida, piel de nieve y pelo rojizo como el que hubiese podido tener una sirena ondeante entre las olas y corrientes marinas. Pero su propia naturaleza debía estar oculta y escondida entre su interior y su apariencia. Entre Eira y A1792ZX o Alicia, así era como la conocían en los nuevos alrededores, había centenares de abismos. Y sin embargo, allí dentro seguía estando ella.

La mujer que le miraba desde el espejo desprendía normalidad, la de la más común de los mortales, o lo que se pudiera entender por común, pero bien a su pesar, sus ojos le delataban. Se mostraban inquietos y esperanzados. A1792ZX tenía unos ojos un tanto verdes, brillantes al sol, y oscuros como la noche cuando sólo quedaban las estrellas y las luces de la ciudad dormida. Tenía una esbelta figura que no sufría cambio alguno pese a sus diversas siluetas adoptadas. Podía presumir de unas piernas que nunca le habían fallado. Se movía ella, ágil, pero su papel era el de una joven madre agotada por el trabajo y el cuidado de dos hijos que no eran sino una mera reproducción grabada; así, su cansancio tan solo se reflejaba en una lenta danza forzada.

Oculta de las posibles miradas, sus pasos firmes, decididos y elegantes le devolverían en otra misión la feminidad perdida. La convertirían de nuevo en estrella, pero aún era pronto para brillar o desaparecer. «Un poco de paciencia, Ei.», se decía. Su personaje seguía vivo. Seguía teniendo doble identidad y ella seguía con vida. Sabía dónde estaba, no se había perdido. Tan solo se había hecho invisible.

viernes, 8 de junio de 2012

El desierto desde el que no dejo de escribir

En la ciudad en la que vivo ya ha empezado a no dejar de hacer calor en ningún momento ni a bajar de los 40º C en las horas centrales del día. Ni siquiera refresca por la noche. Se podría decir que ha empezado el verano antes de tiempo porque esta noche seguía habiendo 30º C  sin sol ni estrellas. Creo que a medio día nos habríamos achicharrado tal cucarachas salteadas al sol si no hubiésemos ido persiguiendo la sombra.
Todo suena a ramas secas. Todo huele a aire caliente y humedad. No hay rastro de lluvia ni lo habrá en meses. Nuestros cuerpos sudan, se vuelven pegajosos, derraman litros, se funden y deshacen, pierden su volumen.
Ahora hace calor, la ciudad está en silencio, nos refugiamos en casas que se convierten en hornos o iglús y seguimos trabajando como lo hacen las hormigas. Los sureños nos adaptamos, no decidimos dormir ni quejarnos como lo hacen en alguna que otra ciudad del Norte y si lo pensamos hacer preferimos tomar un granizado. ¡De horchata si puede ser! Nos despertamos sin despertador, con el cantar de los pájaros que se han quedado en nuestra ventana o en la palmera de enfrente. Nos levantamos cada día y dejamos que se enfríe el café o lo cambiamos por leche. Pasamos del agua caliente del invierno al agua fría y elegimos la ropa con menos tela que podamos encontrar en nuestro armario. Soñamos despiertos con las olas del mar y con algo de melancolía. Luchamos contra mosquitos, avispas y cucarachas, pero apagamos la radio para escuchar el canto de los grillos al volver a casa después del trabajo. Es un poco como vivir en el desierto, solo que los oasis están en nuestro interior.

El kippel

Puede que quien se pasee por estas líneas se piense que la novela de Philip me obsesiona por completo, pero no hay nada más reconfortante que observar que otros escriben y teorizan, quizás a sabiendas, quizás no, sobre aspectos y temas previstos por una visión pasada de nuestro futuro.
Así, leyendo un artículo en una revista de divulgación científica, me he encontrado con un artículo sobre el trabajo del Dr. Rathje y la basurología. Según Rathje, quien investiga aquello de lo que se deshace el ser humano en expediciones arqueológicas en vertederos cual kippel que invade el mundo en la novela de K. Dick, nuestra basura conformaría la huella de nuestra existencia actual para las siguientes generaciones. ¡Qué bien! pensaríamos irónicamente algunos... cuando en realidad nuestra propia contribución a la contaminación o degeneración del planeta se convierte en el vestigio del paso del hombre moderno por la Tierra. Probablemente esta triste observación sea en realidad el único argumento positivo desde un punto de vista estrictamente científico.
Pero la generación de kippel va más allá: en cierto modo siente el vacío y se produce a sí misma. De forma extensiva, lo arrasa todo como reacción al propio abandono del hombre. Y es para preguntarse: ¿Acaso no nos abandonamos? ¿No hacemos lo mismo con gobiernos que no miran, que ladean la cabeza y cierran los ojos sobre aquello que no les es económicamente rentable? ¿No nos sentimos atrapados, nosotros meros ciudadanos del mundo? ¿Acaso no queremos escapar del kippel?
Y sin embargo nos quedamos en nuestra tierra, desolada y rota, seca... esperando encontrar un último indicio de vida entre las ruinas para seguir luchando. Esperamos encontrar esa pequeña araña que trepa entre los vestigios de nuestra vida.

lunes, 4 de junio de 2012

Lecturas y otras cosas para cambiar de vida I

Voy a apuntar algunas de las lecturas e historias que más me han marcado este año por si alguien se pierde por aquí en algún momento. A mí me han servido para evadirme, activar mi imaginación, convertirme en parte de otras historias, cambiar el chip o ampliar perspectivas y aprender.

También es cierto que en un principio esta lista podría parecer un tanto oscura a la vez que científica en su mayoría, pero cada una de estas obras consiguió atraparme de algún modo ya sea por la complejidad de sus personajes, su visión de la vida, la calidad de las imágenes, las metáforas, las historias.. puede que muchas no fueran alegres pero hacen sentir que uno sigue vivo cada vez que se estremece junto con los personajes de las obras de las que es testigo.

Así, por orden de preferencia y devoción, y sin aportar más detalles con el fin de que los descubráis por vosotros mismos, aquí os presento:

1. ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick y su adaptación a la gran pantalla con Blade Runner (1982)
2. Melancholia - Lars von Trier
3. Eva (2011)
4. Le projet Bleiberg de David S. Khara (francés)
5. Contacto de Carl Sagan y su correspondiente adaptación al cine.
6. La colina de Watership de Richard Adams
7. Life in a day (un documental social en inglés y otras lenguas del mundo)
8. Genji Monogatari
9. Intouchables (original en francés, 2011)
10. The Walking Dead book 1
11. The Walking Dead book 2
12. Veronika decides to die de Paulo Coelho

Y los próximos para ampliar la lista, a modo de recuerdo para mí misma y por si alguien se aventurará a descubrirlos antes que yo:

1. Antes de que se levanten los muertos de Fred Vargas
2. Le projet Shiro de David S. Khara (francés)
3. The Artist (película muda, 2011)
4. Une vie de chat (película de animación francesa, 2010)
5. D'autres vies que la mienne de Emmanuel Carrère (francés)
6. Cosmópolis de Don DeLillo
7. La joven del agua


Y todas las que aún estén por sumarse, como por ejemplo las recomendaciones estivales de Cumulonimbos iniciáticos

Cualquier comentario es bienvenido, cualquier idea o sugerencia también. 




domingo, 3 de junio de 2012

Una noche más

Era una noche más, la agente conducía de vuelta a casa después del trabajo de su doble vida. Tenía que seguir los horarios, las pautas que le habían marcado desde arriba. A las nueve y media de la noche terminaba, le explicaba a los tutores de los niños su progreso y volvía a su coche, ponía algo de rock de otro tiempo y conducía por el itinerario marcado. A esa hora no quedaba mucha gente, algún que otro inútil al volante del que tenía especial cuidado, la carretera solitaria, las paradas de tranvía a oscuras y el calor sofocante barrido por una brisa casi efímera.

Como todos los días desde que le remitieron aquel dossier, se obligaba a seguir las directrices rutinarias respecto de los buenos hábitos y de la seguridad, pero sus impulsos le indicaban lo contrario. Habrían tenido que evaluar su nivel de impulsividad antes de ofrecerle ese contrato. Pero como confiaban en su buen hacer, tenía que acatar las normas, aunque pensara en seguir, en no llegar a la casa de destino nunca, en conducir sin rumbo por la ciudad o simplemente en seguir por aquella autovía del Mediterráneo... Sí, seguir hasta Alicante quizás.

«Sí, ¡Señor!» volvía a escuchar en su cabeza. Había jurado no desviarse del plan, había prometido cumplir con las órdenes que había recibido... así que ante las contradicciones de su corazón, decidió volver, recuperar los minutos perdidos en velocidad y pasar por el marco de la puerta antes de que fuera demasiado tarde.

Una vez allí, se tocó el pecho, aliviada. «Sigue latiendo».