Esta noche ha sido devastadora, ha
caído la tormenta que todos esperaban mientras dormíamos
apaciblemente. Algo nos ha hecho temblar. Un estremecimiento ha
recorrido la piel de nuestra espalda desnuda. Las mantas no han sido abrigo
suficiente. Y al despertar, te habías ido ya, mientras aquí todos
nos quedábamos atrapados en una casa grande pero muy fría. Otros,
sin embargo, no han tenido nuestra misma suerte y se han ahogado
estando en tierra.
Ahora que todo ha pasado, los rayos del Sol ya no vuelven a calentar como antes. Se ven, pero solo iluminan
los destrozos de la noche fatal acaecida en cuestión de horas. Se
difuminan porque ya no brillan. Hace frío. Ha llegado esa especie de
invierno del que tanto sufrimos algunos.
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