No hay palabras, sino sólo angustia. Es lo que siento cada vez que vuelvo a ver lo que ha pasado hoy en Barcelona, ciudad de mi país, España, en la que no se tendría que apalear o maltratar a la gente sin razón. Y es que simplemente eran manifestantes pacíficos como tú y como yo. De hecho, en mi país, en teoría tampoco se permite que un ser humano apalee a un perro. Así que ¿por qué sí que se ordena apalear a una persona?
No os voy a copiar la entrada de mi informador, pero sí que podéis leerle o ver las imágenes (quien sea valiente y tenga estómago para ello) aquí.
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